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Melvin Dam Francis
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domingo, 14 de mayo de 2023
Pensamiento Crítico y Posverdad
Con frecuencia, se escucha a los expertos en el ámbito educativo afirmar que existen cuatro competencias esenciales para la presente generación
de estudiantes, las cuales deben desarrollarse con el propósito de que los
discentes sean exitosos en el mundo actual y el que está en proceso de gestación.
Aunque es imposible predecir el futuro, las siguientes capacidades son fundamentales
para el desenvolvimiento de las personas en cualquier contexto, ya que son medulares
para la eficacia en los procesos de interacción humana y para afrontar cualquier situación
de la vida. Estas competencias son: la comunicativa, la de colaboración,
la de pensamiento creativo y la de pensamiento crítico. Esta última, se está viendo
amenazada por las prácticas llevadas a cabo por la posverdad. ¿Qué es el pensamiento
crítico y cómo está siendo atacado su desarrollo por las tácticas de la
posverdad, principalmente a través del ecosistema constituido por el
ciberespacio?
De acuerdo con las Bases de la Revisión y Actualización
Curricular (2018), el pensamiento crítico consiste en el ejercicio de
cuestionar a los fundamentos de las ideas propias y ajenas, con la
finalidad de promover mayores niveles de libertad y fomentar el humanismo. Se trata, en esencia, de la práctica consuetudinaria de analizar la veracidad de las informaciones
en las que se basan los juicios y las opiniones, considerando los intereses de
las personas y los contextos en los que dichas informaciones son emitidas. En otras palabras, la
competencia de pensamiento crítico persigue, por un lado,
deconstruir los mitos de la realidad subjetiva y llegar a la realidad objetiva
a través del análisis y cuestionamiento de nuestros propios juicios y creencias, y por otro lado, cuestionar y analizar las informaciones y opiniones
emitidas por otros, tomando en cuenta las fuentes de las que proceden, sus
intereses y comparándolas entre sí.
Por otro lado, según el Collins English Diccionary, la
“posverdad” es “la desaparición de los criterios objetivos comunes sobre la
verdad”. En este sentido, Naim (2022) explica que la posverdad consiste en la acción
de tambalear los sentidos que los humanos tienen de la realidad; es, en esencia, la confusión que se produce en nuestros cerebros sobre lo que es verdad y lo
que es mentira.
En este sentido, los docentes deben prestar especial atención a un fenómeno de la posverdad que está ganando fuerza entre los
estudiantes de los niveles preuniversitario y superior: latendencia a llamar
conspiranoico a quien aplica el pensamiento crítico sobre ciertas
informaciones, principalmente las obtenidas en internet. Según el diccionario
de la RAE, la conspiranoia es “la tendencia a interpretar determinados
acontecimientos como producto de una conspiración”. Es importante resaltar que la
conspiranoia es una condición real que afecta a muchas personas. No obstante,
los jóvenes estudiantes a menudo se pierden en la frontera de lo que es un ejercicio del pensamiento crítico y una condición que consiste en atribuir todo lo que sucede
a un plan malévolo de las elites económicas y políticas para manipular y aprovecharse
de las masas. Lo cierto es que en la internet circula un montón de
bulos que distorsionan la verdad con el propósito de enturbiarla y desinformar, manipulando así a las personas.
Un ejemplo claro se encuentra en las redes sociales, donde con frecuencia se publican ciertos bulos con la intención de manipular la opinión pública. Los cibernautas tienen acceso a estos contenidos y, por lo general, tienden a leer los comentarios de las supuestas personas que han reaccionado a la información falsa. Como resultado, muchos concluyen que un porcentaje significatvo de la población, ya sea local o global dependiendo del bulo, piensa de una manera determinada. Sin embargo, no se imaginan que, primero, la noticia no es cierta y, segundo que quienes comentan no son más que un ejercito bots programados para emitir esas opiniones, que suelen ser muy similares, precisamente porque es el efecto que se busca provocar.
Por esta razón, los profesores deben abordar este aspecto
y crear la conciencia en los estudiantes de que muchos de ellos están siendo víctima de las malas intenciones de la posverdad, promovida por
manipuladores con agendas que buscan crear una legión de imbéciles incapaces
de identificar la verdad y luchar por sus propios intereses. Es misión de
los educadores orientar a los estudiantes para que eviten ser manipulados y terminen siendo
adoctrinados, haciendo causa común con acciones que los perjudiquen y los lleven a la autodestrucción.
Considero que debemos concienciar a nuestros alumnos
sobre los peligros de la posverdad y lo que está sucediendo con las noticias y
los comentarios por medio de bots. Asimismo, sobre la importancia de analizar
sus propias creencias, juicios y opiniones, así como también los de los demás. Con
el desarrollo del pensamiento crítico, los estudiantes comprenden el poder que
las masas tienen para evitar guerras, depredación del medio ambiente, la legalización
y consumo de sustancias nocivas, la implementación de ciertas políticas, el
castigo a transgresores de la ley, la mejora de la calidad de vida, el abuso de
poder, el saqueo del patrimonio del país, etc. Pensar críticamente es la más
poderosa arma para la conquista de mejores condiciones de vida. Es a través de
dicha capacidad que desenmascaramos a los malos y perversos y conocemos a los
buenos. La conciencia crítica es la meta, esta debe ser tanto una intención como
una acción.
sábado, 13 de marzo de 2021
Importancia del Proyecto
de Vida en el Primer Ciclo del Nivel Secundario
“Las cosas no se
dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas”
Woody Allen
Un proyecto de vida es un plan en el que las personas plasman lo que
quieren ser y cómo lo van a lograr. En dicho plan se establecen objetivos y
metas sobre sus aspiraciones y sueños en los diferentes ámbitos de la vida, por
ejemplo: espiritual, personal, familiar, profesional y social. En este
sentido, los centros educativos deben convertirse en espacios de reflexión,
metacognición y autorregulación de los aprendizajes sobre el tipo de persona y
de profesional que cada individuo desea ser.
En el plano espiritual, los estudiantes plasman en su proyecto el lugar que
ocupará Dios en sus vidas y cómo les servirán. Es labor de los docentes en este
ciclo promover la reflexión sobre interrogantes como estas: ¿Quién es Dios?,
¿qué lugar ocupa en mi vida? y ¿qué tipo de instrumento seré para servirle?
En el plano personal, se trabajan los aspectos principales sobre la
identidad, las actitudes y valores. Es la oportunidad que tiene la escuela para
que los adolescentes descubran su yo como persona, analicen si su proyecto de
vida los degrada y afecta otras personas y, de ser así, realicen acciones para
trabajar esos elementos destructivos de su yo. Durante este proceso,
se pretende orientar sobre la importancia que tiene el no imponer su proyecto
de vida a los demás como una clave para la convivencia social y el sano
desarrollo. También, en este ámbito, los alumnos determinan los valores que
asumirán y modelarán en su vida, además de autoevaluarse y definir su yo como
hijo, hermano, estudiante y amigo.
En el ámbito familiar, los estudiantes consideran, analizan y reflexionan
sobre el tipo de familia que incluirían en su plan. Detalles como si piensa
casarse y tener hijos, cuantos hijos desearían tener, en qué etapa de su vida
se casarían, entre otros aspectos.
En el ámbito profesional, la escuela tiene el compromiso
de ayudar a los discentes a identificar sus talentos y aptitudes con el
propósito de que descubran y fortalezcan sus preferencias vocacionales. De esta
manera, podrán tomar la mejor decisión al momento de elegir la especialidad del
segundo ciclo de secundaria y su carrera universitaria, si es que en su
proyecto de vida está contemplado realizar una carrera de grado.
Para que un proyecto de vida sea eficaz, es necesario considerar tres
aspectos esenciales. El primero es la actitud positiva. Si no se cree que se
puede lograr es muy difícil que se alcance el propósito. Las personas deben
tener la certeza de que sus aspiraciones se materializarán. El segundo es que
debe llevarse a la práctica. Una vez plasmado lo que se quiere lograr, hay que
llevarlo a la acción. Dentro del plan se debe formular preguntas dirigidas a
cómo se desea conducir su vida cada día y sobre las actividades que se desea o
no realizar. Un plan sin acción no tiene sentido. El tercer elemento es el
medio ambiente que juega un rol importantísimo para que el proyecto de vida
tenga los resultados esperados. Los docentes deben reflexionar con sus
estudiantes las siguientes preguntas: ¿Dónde estoy?, ¿cómo es el entorno donde
convivo?, ¿con quién convivo?, ¿las personas con quien convivo aportan a la
cultura de vida que deseo construir?
Esas preguntas podrían ayudar a los educandos a ser cuidadosos al
momento de establecer relaciones que podrían alejarlos de su proyecto de vida.
Bandura (1984) dice que gran parte de nuestra conducta es adquirida a través
del aprendizaje por observación. Tendemos a imitar lo que las personas en
nuestro entorno hacen. Es la razón por la cual es de suma relevancia promover
desde la escuela el pensamiento crítico para que los adolescentes sean capaces
de objetivar la realidad y no adaptarse a ella, sino que su actitud sea
transformarla. La construcción del ser humano o profesional que se desea ser es
el resultado de la formación de una cultura que combina los elementos
mencionados: deseos, actitud positiva, medio ambiente, acción, reflexión y
acción nuevamente.
Para elaborar un proyecto de vida es importante considerar los siguientes
componentes: el primero es el diagnóstico. Es en este momento cuando
visualizamos nuestro punto de partida, es decir analizamos dónde nos
encontramos. Es entonces a partir de dicho punto que iniciamos a construir
nuestro plan en el que indicamos lo que se quiere ser y cómo se va a
lograr. Se espera que se promueva desde las aulas que los educandos sean
capaces de autoevaluarse para identificar sus fortalezas y debilidades con la
finalidad de conocerse así mismo, así como también evaluar a su entorno de
forma objetiva.
El segundo componente sería establecer los ámbitos del proyecto de vida,
dígase: espiritual, personal, escolar, familiar y social. Una vez concluido el
diagnóstico es importante determinar las áreas en los cuales se va a trabajar
el proyecto de vida. Desde los centros educativos se fomenta no solo el aspecto
académico sino también lo relacionado a la ética, la solidaridad y el respeto
sin importar el contexto donde el estudiante esté.
El tercer componente consiste en establecer las metas y objetivos. En el
primero se plasma lo que se desea alcanzar a largo plazo. y en el segundo se
plasman los objetivos a corto y mediano plazo. Es imperativo que se especifique
claramente lo que se quiere lograr para que se pueda dar pasos firmes en torno
a lo que se persigue.
En ese mismo orden, y como cuarto componente se especifica el tiempo de las
metas y objetivos. Establecer metas y objetivos no es suficiente, hay que
considerar lo relacionado al tiempo en que se pretende alcanzar. Es en el logro
de los objetivos a corto y mediano plazo que podremos acercarnos a la
meta.
Luego, en el quinto componente, pensamos en las estrategias que se
utilizarían. Este es uno los elementos fundamentales de un proyecto de vida, ya
que tiene que ver con el cómo se lograría la construcción de dicho plan en los
diferentes ámbitos de nuestra vida. Este es quizás uno de los aspectos de mayor
dificultad para los adolescentes, por tal razón es que, en él, la escuela debe
hacer su mayor énfasis, a través de la formación para el desarrollo del
aprendizaje autónomo, donde se incluyen: la autogestión de los aprendizajes, la
metacognición, la reflexión y la autoevaluación con el propósito que se
conviertan en pensadores estratégicos.
En el sexto, se establece quienes serán las personas que darán apoyo
durante el proceso para que se pueda llegar a la meta. Se orienta a los
discentes para que coloquen en su plan aquellas personas que servirán de
soporte dependiendo los objetivos. Desde las aulas los profesores trabajan los
valores de cooperación y colaboración. Se forma sobre la base de que bajo una
modalidad con dichos valores los resultados son mejores. Se explica con
ejemplos tomados de la realidad la diferencia entre el trabajo individual y el
que se realiza en equipo, donde se gestione las personas idóneas para lograr lo
deseado.
Y, por último, en el séptimo componente se establece la evaluación de las
acciones que se están realizando para el logro de la meta. Es importante
establecer un proceso constante de reflexión sobre si se está logrando lo que
se pretende para ir haciendo ajustes de lo que no está funcionando. Como se
dijo anteriormente, la práctica sin reflexión no tiene sentido. Por tal razón,
desde la escuela se debe seguir promoviendo una cultura de evaluación y
reflexión que permita a los estudiantes identificar los elementos que impiden
el logro de sus propósitos.
Considero que uno de los mayores aportes que puede hacer la escuela a
aquellos educandos del primer ciclo del nivel secundario es orientarlos y
acompañarlos a construir su proyecto de vida porque con ello se contribuye a la
formación de personas integrales que saben ser, conocer y hacer. También porque
centra la educación en las fortalezas, potencialidades e intereses de los
estudiantes, lo cual crea en la escuela un espacio propicio para la motivación
y crecimiento de nuestros estudiantes. El proyecto de vida es sin duda uno de
los elementos que ayuda a forjar los seres humanos que harán los cambios hacia
una sociedad mejor. Es el espejo donde la persona puede ver reflejado con
conciencia el valor y potencial de su existencia.
jueves, 2 de julio de 2020
sábado, 4 de abril de 2020
jueves, 2 de abril de 2020
Competencia de Pensamiento Lógico, Creativo y Crítico en el Nivel de Domino III
Damián Francis
“Todo nuestro conocimiento comienza con los sentidos, luego, procede a la comprensión, y termina con la razón. No hay nada más alto que la razón.”
Immanuel Kant
Una de las aspiraciones para el perfil de egreso de los estudiantes que finalizan la educación secundaria, en el proceso de transición de la sociedad de la información a la del conocimiento, es lograr que la presente y futura generación desarrolle la competencia de pensamiento lógico, creativo y crítico. La respuesta a interrogantes relacionadas con qué implica el desarrollo de esta competencia, según el nuevo paradigma de competencias; cómo ésta ayuda en la elaboración y argumentación de juicios; el uso de la creatividad en situaciones de la vida real y cómo se examina la validez de las ideas propias y las de los demás son esenciales para entender el desarrollo de dicha competencia.
El tercer y último componente de la competencia de pensamiento lógico, creativo y crítico es el de examinar la validez de las ideas propias y ajenas. Está relacionado al pensamiento crítico. Los estudiantes son educados para que sean capaces de verificar las informaciones en las que se basan los juicios y opiniones. Como sociedad tenemos la debilidad de asumir posturas a partir de premisas que no sometemos a la comprobación, en muchas ocasiones somos manipulados a través de información falsa. Por tal razón, es importante que los educandos sean capaces de analizar los valores y principios éticos y estéticos implicados para que no terminen siendo víctimas de persuasión coercitiva. En una ocasión reunido con algunos profesores de inglés, uno de los presentes comentó que había escuchado a alguien decir a través de un medio de comunicación que los estudiantes dominicanos no podrán desarrollar el pensamiento crítico porque son monolingües, es decir, que solo hablan la lengua española, en este caso. Luego de escucharlo, se me ocurrió decirle dos cosas: lo primero fue preguntarle que si los docentes de las otras áreas curriculares como: Matemática, Lengua Española, Ciencias Sociales, Ciencias de la Naturaleza y las demás no habían desarrollado el pensamiento crítico y segundo que antes de llegar a una conclusión de esa magnitud debíamos buscar otras fuentes confiables que nos permitan comprobar si eso era cierto. Después de leer más de una docena de artículos científicos y capítulos de libros especializados, no hemos encontrado ninguna evidencia de que eso sea cierto, lo que sí pudimos encontrar fue que aquellas personas que han desarrollado el pensamiento lógico, creativo y crítico pueden ser más exitosos para aprender una lengua extranjera y que de manera simultánea se pueden abordar el aprendizaje de una lengua extranjera y el pensamiento crítico, Kumaravadivelu (2008), en este último caso.
domingo, 30 de diciembre de 2018
domingo, 15 de abril de 2018
domingo, 16 de abril de 2017
Según información obtenida de las bases de la revisión y actualización curricular (2016), la competencia ética y ciudadana tiene como finalidad desarrollar en los estudiantes la capacidad de relacionarse con otros de una manera respetuosa, justa y equitativa en los ámbitos: personal, social, e institucional. Así como también, individuos capaces de cuestionar de manera crítica las acciones que violenten los derechos humanos, los valores universales y los principios democráticos. La competencia ética y ciudadana se aborda a lo largo de los tres niveles de dominio de educación en la República Dominicana, dependiendo la etapa de desarrollo de los estudiantes. Para el Nivel Inicial, nivel de dominio uno; para el Primario, nivel de dominio dos y para el Secundario, nivel de dominio tres.