Importancia del Proyecto
de Vida en el Primer Ciclo del Nivel Secundario
“Las cosas no se
dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas”
Woody Allen
Un proyecto de vida es un plan en el que las personas plasman lo que
quieren ser y cómo lo van a lograr. En dicho plan se establecen objetivos y
metas sobre sus aspiraciones y sueños en los diferentes ámbitos de la vida, por
ejemplo: espiritual, personal, familiar, profesional y social. En este
sentido, los centros educativos deben convertirse en espacios de reflexión,
metacognición y autorregulación de los aprendizajes sobre el tipo de persona y
de profesional que cada individuo desea ser.
En el plano espiritual, los estudiantes plasman en su proyecto el lugar que
ocupará Dios en sus vidas y cómo les servirán. Es labor de los docentes en este
ciclo promover la reflexión sobre interrogantes como estas: ¿Quién es Dios?,
¿qué lugar ocupa en mi vida? y ¿qué tipo de instrumento seré para servirle?
En el plano personal, se trabajan los aspectos principales sobre la
identidad, las actitudes y valores. Es la oportunidad que tiene la escuela para
que los adolescentes descubran su yo como persona, analicen si su proyecto de
vida los degrada y afecta otras personas y, de ser así, realicen acciones para
trabajar esos elementos destructivos de su yo. Durante este proceso,
se pretende orientar sobre la importancia que tiene el no imponer su proyecto
de vida a los demás como una clave para la convivencia social y el sano
desarrollo. También, en este ámbito, los alumnos determinan los valores que
asumirán y modelarán en su vida, además de autoevaluarse y definir su yo como
hijo, hermano, estudiante y amigo.
En el ámbito familiar, los estudiantes consideran, analizan y reflexionan
sobre el tipo de familia que incluirían en su plan. Detalles como si piensa
casarse y tener hijos, cuantos hijos desearían tener, en qué etapa de su vida
se casarían, entre otros aspectos.
En el ámbito profesional, la escuela tiene el compromiso
de ayudar a los discentes a identificar sus talentos y aptitudes con el
propósito de que descubran y fortalezcan sus preferencias vocacionales. De esta
manera, podrán tomar la mejor decisión al momento de elegir la especialidad del
segundo ciclo de secundaria y su carrera universitaria, si es que en su
proyecto de vida está contemplado realizar una carrera de grado.
Para que un proyecto de vida sea eficaz, es necesario considerar tres
aspectos esenciales. El primero es la actitud positiva. Si no se cree que se
puede lograr es muy difícil que se alcance el propósito. Las personas deben
tener la certeza de que sus aspiraciones se materializarán. El segundo es que
debe llevarse a la práctica. Una vez plasmado lo que se quiere lograr, hay que
llevarlo a la acción. Dentro del plan se debe formular preguntas dirigidas a
cómo se desea conducir su vida cada día y sobre las actividades que se desea o
no realizar. Un plan sin acción no tiene sentido. El tercer elemento es el
medio ambiente que juega un rol importantísimo para que el proyecto de vida
tenga los resultados esperados. Los docentes deben reflexionar con sus
estudiantes las siguientes preguntas: ¿Dónde estoy?, ¿cómo es el entorno donde
convivo?, ¿con quién convivo?, ¿las personas con quien convivo aportan a la
cultura de vida que deseo construir?
Esas preguntas podrían ayudar a los educandos a ser cuidadosos al
momento de establecer relaciones que podrían alejarlos de su proyecto de vida.
Bandura (1984) dice que gran parte de nuestra conducta es adquirida a través
del aprendizaje por observación. Tendemos a imitar lo que las personas en
nuestro entorno hacen. Es la razón por la cual es de suma relevancia promover
desde la escuela el pensamiento crítico para que los adolescentes sean capaces
de objetivar la realidad y no adaptarse a ella, sino que su actitud sea
transformarla. La construcción del ser humano o profesional que se desea ser es
el resultado de la formación de una cultura que combina los elementos
mencionados: deseos, actitud positiva, medio ambiente, acción, reflexión y
acción nuevamente.
Para elaborar un proyecto de vida es importante considerar los siguientes
componentes: el primero es el diagnóstico. Es en este momento cuando
visualizamos nuestro punto de partida, es decir analizamos dónde nos
encontramos. Es entonces a partir de dicho punto que iniciamos a construir
nuestro plan en el que indicamos lo que se quiere ser y cómo se va a
lograr. Se espera que se promueva desde las aulas que los educandos sean
capaces de autoevaluarse para identificar sus fortalezas y debilidades con la
finalidad de conocerse así mismo, así como también evaluar a su entorno de
forma objetiva.
El segundo componente sería establecer los ámbitos del proyecto de vida,
dígase: espiritual, personal, escolar, familiar y social. Una vez concluido el
diagnóstico es importante determinar las áreas en los cuales se va a trabajar
el proyecto de vida. Desde los centros educativos se fomenta no solo el aspecto
académico sino también lo relacionado a la ética, la solidaridad y el respeto
sin importar el contexto donde el estudiante esté.
El tercer componente consiste en establecer las metas y objetivos. En el
primero se plasma lo que se desea alcanzar a largo plazo. y en el segundo se
plasman los objetivos a corto y mediano plazo. Es imperativo que se especifique
claramente lo que se quiere lograr para que se pueda dar pasos firmes en torno
a lo que se persigue.
En ese mismo orden, y como cuarto componente se especifica el tiempo de las
metas y objetivos. Establecer metas y objetivos no es suficiente, hay que
considerar lo relacionado al tiempo en que se pretende alcanzar. Es en el logro
de los objetivos a corto y mediano plazo que podremos acercarnos a la
meta.
Luego, en el quinto componente, pensamos en las estrategias que se
utilizarían. Este es uno los elementos fundamentales de un proyecto de vida, ya
que tiene que ver con el cómo se lograría la construcción de dicho plan en los
diferentes ámbitos de nuestra vida. Este es quizás uno de los aspectos de mayor
dificultad para los adolescentes, por tal razón es que, en él, la escuela debe
hacer su mayor énfasis, a través de la formación para el desarrollo del
aprendizaje autónomo, donde se incluyen: la autogestión de los aprendizajes, la
metacognición, la reflexión y la autoevaluación con el propósito que se
conviertan en pensadores estratégicos.
En el sexto, se establece quienes serán las personas que darán apoyo
durante el proceso para que se pueda llegar a la meta. Se orienta a los
discentes para que coloquen en su plan aquellas personas que servirán de
soporte dependiendo los objetivos. Desde las aulas los profesores trabajan los
valores de cooperación y colaboración. Se forma sobre la base de que bajo una
modalidad con dichos valores los resultados son mejores. Se explica con
ejemplos tomados de la realidad la diferencia entre el trabajo individual y el
que se realiza en equipo, donde se gestione las personas idóneas para lograr lo
deseado.
Y, por último, en el séptimo componente se establece la evaluación de las
acciones que se están realizando para el logro de la meta. Es importante
establecer un proceso constante de reflexión sobre si se está logrando lo que
se pretende para ir haciendo ajustes de lo que no está funcionando. Como se
dijo anteriormente, la práctica sin reflexión no tiene sentido. Por tal razón,
desde la escuela se debe seguir promoviendo una cultura de evaluación y
reflexión que permita a los estudiantes identificar los elementos que impiden
el logro de sus propósitos.
Considero que uno de los mayores aportes que puede hacer la escuela a
aquellos educandos del primer ciclo del nivel secundario es orientarlos y
acompañarlos a construir su proyecto de vida porque con ello se contribuye a la
formación de personas integrales que saben ser, conocer y hacer. También porque
centra la educación en las fortalezas, potencialidades e intereses de los
estudiantes, lo cual crea en la escuela un espacio propicio para la motivación
y crecimiento de nuestros estudiantes. El proyecto de vida es sin duda uno de
los elementos que ayuda a forjar los seres humanos que harán los cambios hacia
una sociedad mejor. Es el espejo donde la persona puede ver reflejado con
conciencia el valor y potencial de su existencia.