Las Cuatro
Reglas del Método de René Descartes
Damián
Francis
Las cuatro reglas del método Cartesiano son las que rigen
los principios de un método que fue creado con la finalidad de dar respuesta a
una necesidad de la época. Las principales fuentes de conocimiento de entonces,
dígase la ciencia y la religión pasaron por una fase de descrédito, debido a
algunas incongruencias que estas experimentaron, específicamente, en el siglo XVI.
Estas cuatro
reglas son: la regla de la evidencia, ésta consiste en no dar por verdadero
algo con lo que no contamos con ninguna evidencia, esta regla, sin duda, se
extrapola a la actitud que debe adoptar todo individuo en su vida. A diario se
puede observar a las personas ordinarias y muchas veces a profesionales que dan
por cierto todo lo que escuchan sin tener ninguna evidencia.
La segunda es la
regla del análisis. Esta consiste en dividir en su mínima expresión las
dificultades que se examinan en la mayor parte que sea posible. Someter al
análisis lo investigado, o sea descomponer un todo en cada una de sus partes, le proporciona al investigador un
entendimiento más amplio del fenómeno tratado. La tercera es la regla de la
síntesis. Esta regla consiste en abordar los fenómenos de lo más simple a lo
más complejo. Esta idea de Descartes es estupenda, debido a que partir de lo
más simple a lo más complejo le permite al investigador visualizar de manera
más clara el fenómeno investigado.
Y la cuarta regla
es la comprobación. En esta fase se revisa que no haya ningún error en el
proceso. Con esto se persigue que los resultados de lo investigado sean
constantes. Con esta cuarta y última
regla, Descartes logra que su método trascienda y desde mi punto de vista lo
convierte en uno de los métodos de investigación más confiables.
Desde mi óptica,
considero que las cuatro reglas antes mencionas son un gran aporte a la
ciencia. Descartes con su interés de crear un método que al aplicarse se puedan
obtener resultados constantes nos ha dejado un gran legado. Las cuatro reglas
del método, cuando las aplicamos en nuestras vidas también nos ayudan a ser
mejores profesionales, por ejemplo: si comenzamos a sólo dar por hecho aquello
que tenemos evidencia, si aprendemos a hacer análisis a las situaciones que encontramos
en nuestros caminos y si aprendemos a sintetizar y comprobar los fenómenos que
nos dan curiosidad.